Dice Rosa Montero en su artículo La infancia recuperada: “Repasamos
nuestros primeros recuerdos una y otra vez como quien estudia una adivinanza
que, de ser resuelta explicaría el sentido de las cosas y calmaría para siempre
el desasosiego del vivir, la infancia es nuestro mapa del tesoro, un viejo
papel manoseado que tal vez logremos descifrar ahora con nuestra mente adulta”.
Para eso nos reunimos el sábado 26 de mayo en el patio del Colegio: Víctor
Abascal, Fermín Aja, Javier Baños, Fernando Bastante, Alfredo y Vicente
Diedrich, José Manuel Escandón, José Antonio Fernández, José Garay, José Luis
Gómez, Luis Fernando Güemes, Fernando Láinz, Pedro Lastra, Agustín Lavín,
Manuel Lobato, Francisco Martín, Javier y José Martínez Aurora,
Ricardo Martínez, Álvaro José Pérez, Francisco Rebollo y Javier Rey.
Y, como cincuenta años atrás, tardamos en entrar porque teníamos muchas
cosas que contarnos. En lo que fue nuestra capilla, hoy sala HARA, fuimos
recibidos por el Hermano José Ramón, el actual director, que nos habló de cómo
es nuestro Colegio hoy.
Antes, el Hermano Francisco nos hizo la reflexión de la
mañana, actividad tradicional que también escuchan los actuales alumnos; en la
que agradecimos el recuerdo afectuoso para los compañeros, Hermanos y
profesores fallecidos. A continuación, Pepe Madrazo, presidente de la
Asociación de Antiguos Alumnos, nos presentó el blog de la misma. El sencillo
acto concluyó con un vistazo asombrado a las memorias escolares y nuestras
fotos de entonces.
Al salir realizamos un recorrido por nuestras clases y las
distintas dependencias. Especialmente emotivo para algunos resultó el momento
de volver a subirse al escenario del salón de actos, en el que formaron parte
del reparto que interpretó “Jesúcristo Superstar” en 1977.
Luego nos fuimos a comer juntos. El ambiente que reinó en estas horas
estuvo amenizado con anécdotas compartidas, el interés por saber de
antiguos compañeros y maestros, y de cordialidad. Sentimos la cercanía y calor
que da la amistad, así como el deseo de continuar la charla; por lo que nos
reuniremos de nuevo el primer sábado de octubre de 2019. Para entonces nos
queda la tarea de dar con aquel compañero que uno dijo que le encantaría volver
a ver para darle las gracias por lo que entonces le ayudó o, simplemente,
porque le apetece volver a ver como en aquellos ratos de juego en el patio en
el machadiano tiempo azul. Todo para seguir completando el común mapa del
tesoro y recuperar nuestra infancia.