San Juan Bautista de La Salle dejó para la posteridad una amplia lista de obras de
carácter ascético y espiritual, así como otras de tipo pedagógico y
catequístico. A continuación recogemos un ramillete de pensamientos extraídos
de sus escritos. Entendemos que la vida del San Juan Bautista de La Salle es ya bien conocida por los
seguidores de este BLOG de la Asociación. En todo caso, en él pueden encontrar
un relato pormenorizado de su vida ejemplar.
En
confidencia a algunos amigos, al final de su vida, indicando las renuncias que
tuvo que asumir, manifestó que
"Si Dios
al mostrarme el bien que podía producir este Instituto me hubiera mostrado las
penas y cruces que habían de acompañarlo, no hubiera tenido el valor ni
de tocarlos con la punta de los dedos".
Pensamiento 2
Su
biógrafo Jean-Baptiste Blain puso en
sus labios un pensamiento que los Hermanos recuerdan bien:
"Dios,
que conduce todas las cosas con sabiduría y suavidad, y que no suele forzar la
inclinación de los hombres, queriendo comprometerme a tomar el cuidado de las
Escuelas, lo hizo de forma imperceptible y en mucho tiempo, de modo que un
compromiso me condujo a otro, sin que yo pudiera preverlo" (Biografía, I,
169)
Pensamiento 3
"El fin de este Instituto es dar cristiana
educación a los niños, y con este objeto tiene las escuelas, para que
estando mañana y tarde bajo la dirección de sus maestros, puedan estos
enseñarles a vivir bien, instruyéndoles en los misterios de nuestra santa
religión, inspirándoles las máximas cristianas y dándoles así la educación que
les conviene" (Reglas de los Hermanos, 1705)
Pensamiento 4
“El espíritu de
este Instituto es, en primer lugar, el espíritu de fe, que debe mover a los
que lo componen a no mirar nada sino con los ojos de la fe, a no hacer nada
sino con la mira en Dios y a atribuirlo todo a Dios" (Reglas de los
Hermanos)
Pensamiento 5
En uno de
los momentos de mayor dificultad del Instituto naciente, La Salle y los Hermanos Nicolás Vuyart y Gabriel Drolin
pronunciaron el llamado "voto
heroico":
"... Yo, Juan Bautista de La Salle; yo, Nicolás
Vuyart; yo, Gabriel Drolin;
nosotros, desde ahora y para siempre, hasta el último suspiro, o hasta la total
extinción del establecimiento de dicha Sociedad
(de las Escuelas Cristianas), hacemos
voto de asociación y de unión para procurar y mantener el citado
establecimiento, sin podernos desentender del mismo, ni siquiera en el caso de
que quedáramos los tres solos en la dicha Sociedad, y que nos viéramos
obligados a pedir limosna y vivir de solo pan... A 21 de noviembre de
1691... En fe de lo cual lo firmamos..."
Pensamiento 6
La Palabra de Dios, la Biblia, es bien conocida, estudiada, meditada y vivida por
el Santo. Escribió:
"Los
Hermanos tendrán profundo respeto a la Sagrada
Escritura, y para manifestarlo, llevarán siempre consigo el Nuevo Testamento, y no pasarán ningún
día sin leer algo en él, por sentimientos de fe, de respeto y de veneración a
las divinas palabras que contiene, considerándolo
como su primera y principal Regla" (Reglas de los Hermanos)
Pensamiento 7
"Los
Hermanos se esforzarán por medio de la oración, las instrucciones, la
vigilancia y buena conducta en la escuela, en procurar la salvación de los niños que les están confiados,
educándoles en la piedad y en el verdadero espíritu cristiano, esto es, según
las máximas y reglas del Evangelio
(Reglas de los Hermanos)
Pensamiento 8
Para La Salle, el encuentro con Dios y el recuerdo de su presencia a lo
largo del día, es esencial, para su vida personal y para su ministerio de
educador cristiano. Por ello escribió:
"Subid (los Hermanos) todos los días a Dios por la oración para aprender de Él todo cuanto debéis enseñarles, y
descended luego hasta ellos, para instruirlos sobre lo que Dios os haya comunicado para los niños".
Son
también palabras del Santo:
"Subid (los Hermanos) todos los días a Dios por la oración para hablarle a Él de vuestros discípulos, y bajad
después para hablarles a ellos de Dios"
(Colección de varios trataditos)
Pensamiento 9
(Los Hermanos) "Instruyan con la mayor
aplicación posible a todos los escolares de los que están encargados, que no
descuiden a ninguno y que su dedicación sea igual para todos e incluso mayor
para con los niños más necesitados y los más descuidados"(Guía de las
Escuelas)
Pensamiento 10
"Esta ha de ser una de las preocupaciones
principales de quienes se dedican a instruir a los demás, acertar a conocerlos
y discernir la manera de proceder con cada uno...Porque unos exigen mayor
bondad; no faltan algunos que requieren mucha paciencia; otros hay, en
cambio a quienes se les debe estimular y alentar. Es necesaria la reprensión y
el castigo para que unos se corrijan de sus faltas, mientras que hay otros
sobre los que es preciso velar de continuo, a fin de impedir que se
perviertan o extravíen (Meditación, 33.1)
Pensamiento 11
En una
época más dada al racionalismo y en una personalidad más bien poca dada a la
expresividad emocional, llama la atención que el Santo escribiera en una de sus "Meditaciones
para el tiempo de Retiro":
"¡Qué consolador va a resultar para quienes han
contribuido a la salvación de los almas ver en el Cielo a tantos a quienes ellos facilitaron la fruición de tan
incomparable felicidad! Esto va a acontecer a cuantos han instruido a muchos en
la verdades de la religión, como dijo un ángel al profeta Daniel:" Los que enseñaron a muchos la justicia van a brillar
como estrellas por toda la eternidad" (MTR, 208)
Pensamiento 12
Para la
fiesta de San Francisco de Sales
propuso a los Hermanos (hoy diríamos
"a los docentes que viven el carisma de La Salle):
"Si usáis (con los niños) firmeza de padre para
alejarlos del desorden, debéis sentir por ellos ternura de madre para acogerlos
y procurarles todo el bien que esté en vuestras manos" (Medit.161,3)
Pensamiento 13
Y en "Reglas que me he impuesto"
se comprometió así.
"Buena norma es para mí no tanto saber lo
que tengo que hacer, cuanto hacer con perfección lo que sé que es mi
deber"...Y a este respecto, en una de sus cartas a uno de sus Hermanos
aseguraba:" Nada le atraerá tanto las bendiciones de Dios como la fidelidad a las cosas pequeñas".
Pensamiento 14
En abril
de 1714 recibió en su voluntario confinamiento en el Sur de Francia una
memorable carta enviada por los "principales
Hermanos" de la región de París. Su lectura acabó de disipar su
profundo estado de abatimiento bajo el que estaba sumido desde muchos meses
atrás...Decía ese texto:
"Señor
y muy querido padre nuestro: nosotros, los principales Hermanos de las Escuelas Cristianas, preocupados por la mayor
gloria de Dios y el mayor bien de la
Iglesia y de nuestra Sociedad, reconocemos que de capital importancia el que
vuelva a tomar las riendas y el cuidado de esta obra de Dios, que es también suya...Por todo ello...le rogamos muy
humildemente y le ordenamos en nombre y de parte del cuerpo de la Sociedad al
que usted ha prometido obediencia, que vuelva a asumir, de inmediato el
gobierno general de nuestra Sociedad..."
Entendió,
y bien gozosamente, que esa era la voluntad de Dios. Por ello diría a sus confidentes;
"Quiero obedecer a los Hermanos. Me ordenan que vuelva a París".
Finalmente, cuando, tras un
largo viaje se presentó a las puertas de la Comunidad parisina de los Hermanos
en la calle Barouillère dirá escueta y sentidamente:
"Ya estoy aquí. ¿Qué
queréis de mí?"
Pensamiento 15
Y sobre
sus últimas palabras...
"Recomiendo a todos los Hermanos que tengan siempre absoluta sumisión a la Iglesia, máxime en estos calamitosos tiempos. Y que
en testimonio de esta sumisión, no se separen lo más mínimo de nuestro Santo Padre el Papa y de la Iglesia de Roma. Acuérdense de
que he enviado a Roma a dos Hermanos
con el fin de que la Sociedad se muestra
siempre sumisa a la Santa Sede...
Les recuerdo que tengan mucha devoción a Nuestro Señor Jesucristo, que amen
mucho la sagrada comunión y el ejercicio de la oración, y que profesen devoción especial a la Santísima Virgen...,
que desempeñen con celo y desinterés su ministerio, y que tengan entre sí unión
íntima...·(Testamento)
Sus
últimas palabras, en la madrugada del Viernes Santos, 7 de abril de 1719,
fueron:
"Adoro en todo la
voluntad de Dios para conmigo".
Poco
después expiró. Había consagrado por entero su vida al servicio de Jesucristo y de la infancia necesitada.
Y ahora, al otro lado, se encontró para siempre con el mismo Jesucristo.