EL COLEGIO LA SALLE DE SANTANDER BAJO LA DIRECCION DEL H. ANTONIO GARCÍA
(1954-1960)
El Colegio La Salle alcanza en estos
años la mayoría de edad. Así que desde el mirador de los años 50 se observa ya
un amplio abanico de espléndidas realizaciones, al mismo tiempo que prosigue su
afán de modernización, equipamiento y puesta a punto en todos los ámbitos
propios de un centro escolar.
El H. Antonio García Pérez, el nuevo Director, llegaba a Santander tras seis años de dirigir con mano certera y éxito el
cercano Colegio de Los Corrales de Buelna. Había nacido en la localidad leonesa
de Brimeda, en 1903. Fue de los primeros alumnos que recibieron educación de
los hijos de San Juan Bautista de La
Salle en la cercana localidad de Astorga, Colegio que abrió sus puertas en
1912 y donde Antonio permaneció
hasta su ingreso en el Noviciado Menor de Bujedo, en 1917.
Al tomar el hábito religioso, (1919) recibió el nombre de H. Lucio Norberto. Terminado el Noviciado pasó al Escolasticado (1920) para, a continuación,
ejercer por vez primera su tarea como educador en la humilde escuela madrileña de Peñuelas y poco
después en el Colegio Maravillas (1922)...Seguirían
luego una larga experiencia profesional en Colegios
de renombre: Santiago Apóstol, Bilbao (1923-1926 y 1937-1939), Nuestra Señora
de Lourdes, Valladolid (1927-1933, y 1939-1942), Palencia (1942-1949 y
1968-1983), Colegio Hispano, Valladolid (1966-1968)...También fue destinado
ocasionalmente a otros lugares de la geografía del Distrito: Así, Bujedo: Noviciado Menor (1926-1927) y
Escolasticado (1935-1937)... En Turón (Asturias), residió justamente el año
anterior a la Revolución de Octubre de 1934, en que la Comunidad toda
alcanzó el martirio. Zaragoza se
benefició de su buen hacer el curso 1934-1935. Realizó en 1949 el Segundo
Noviciado en Roma (1949) para, posteriormente, ser nombrado director del centro lasaliano de Los
Corrales de Buelna (1950-1954), años fecundos y laboriosos que dejaron en
él buen recuerdo. La Escuela de Aprendices y la sección de Enseñanza Primaria
gozaban de prestigio y del favor de las familias y, en conjunto, de la sociedad
corraliega. Era, sin duda, el primer centro social de la localidad y
también el de mayor influencia. No se extrañaba nadie de que la estatua de San Juan Bautista de La Salle
presidiera un recinto ajardinado en medio del pueblo, y que los Hermanos fueran
queridos y respetados. Los Corrales contaban con la presencia de los Hermanos
desde el lejano 1890... Con gusto volvió el H. Antonio a este centro escolar en 1962 para permanecer en él por
espacio de cuatro años más, luego de abandonar Santander.
El 27 de mayo de 1983 falleció en Bujedo donde
espera la resurrección de los muertos. Allí está también enterrado su hermano menor, H. Macario García,
fallecido en 1986.
En Santander permanecerá el H. Antonio como director un mandato de seis
años (1954-1960) y otros dos más, a continuación (1960-1962). Bien dotado para los estudios, se
había titulado como Maestro en Zaragoza y más tarde se licenció en Ciencias
Exactas en la Universidad Central de Madrid. De personalidad seria,
religioso convencido, coherente siempre con sus ideales, fiel a sus
compromisos, ...era de una rectitud y fidelidad inquebrantables. Destacó por su
trabajo concienzudo en las aulas y una exigencia razonable y constante en sus
obligaciones...
*** Para
nuestra mentalidad de hoy, resulta curioso observar que en las Memoria
Escolares y en las diversas revistas y crónicas del Colegio o de la
Comunidad apenas halla uno eco de los avatares históricos de la época. A
lo sumo, la noticia del fallecimiento del Papa Pío XII (1958), el nombramiento
del nuevo Superior General de la Congregación, H. Nicet Joseph (1956) y...poco
más. De modo que ni la entrada de España en la ONU (1955), la descolonización
de Marruecos (1956), la creación del Mercado Común (1957) o el triunfo de la
Revolución de Castro en Cuba (1959) suscita una reflexión o al menos un recuerdo.
¡Asombroso! El contexto está hoy bien presente en las manos del
historiador, cuando pretende recrear aquellos momentos en que centra ahora se
atención. Aun así, bien merece la pena registrar aquel pasado, que reviste más
bien la modalidad de crónica.
El Colegio La Salle rondaba en 1954 los mil alumnos, de los cuales 138 eran internos. Según la nomenclatura de entonces,
había clases de Primaria, de Bachillerato y Preuniversitario, más unas aulas de
una sección complementaria que se llamaba "Técnica Comercial". En total, 25 clases, 30 Hermanos, unos
pocos profesores seglares y dos capellanes. Buen campo de acción pedagógica
y apostólica. El nivel general académico era muy estimable. El H. Director era un buen organizador,
metódico y de trato respetuoso y comedido. El profesorado preparaba
cuidadosamente las clases que impartía, corregía con esmero los trabajos
escolares y controlaba con rigor los conocimientos...Los exámenes
trimestrales (escritos y orales) y los exámenes finales suponían un gran esfuerzo
para todos, pero producían su fruto. El H.
Antonio recorría las clases todas
las semanas para el nombramiento de notas, conocía directamente a los
alumnos y animaba a todos. Parecerá extraño, pero el anónimo cronista
constatará con precisión que de los 47 alumnos finalistas de Preuniversitario,
tan sólo dos cursaban Letras en el curso 1955-56.
Se continuó con los concursos establecidos por la anterior dirección del
Colegio: los de Música en honor de Santa Cecilia y de Declamación, en honor de
Santo Tomás, aunque con variantes. Así
sucedió en noviembre de 1958. Dice el cronista:
"Este año no ha habido propiamente
concurso de canto. Sin embargo, los músicos han honrado a su santa patrona y
los coros del Colegio nos han obsequiado con los mejores números de su
repertorio"...Hubo menos pasión y más arte. Desapareció el Jurado, pero
presidía la sesión D. Enrique Alonso,
Delegado Provincial del Frente de Juventudes y los HH. Directores de los Colegios de Santander (La Salle, Nueva Montaña,
San Martín). Fermín Madrazo, alumno de Preu, leyó una introducción de
circunstancias y, a continuación, subieron al escenario los tiples del H. Leopoldo, uniformados de blanco y
con las corbatas azules y amarillas de las competiciones"...Entre las
actuaciones de la velada sorprendieron gratamente las interpretaciones al piano
de obras de Mozart, Beethoven, Chopin y
Granados, por los alumnos Fernando Tocino, Fernando Pombo, Pedro Cea y Eladio
Mantilla...Cerró la función el Orfeón
del Colegio, con piezas a seis voces y con mucho afán de superación"
La Memoria Escolar de 1958-59 recogía la
cuidada y exitosa escenificación de "El
Niño Judío" y "Katiuska", muestra de otro tipo de
actividades formativas llevadas a cabo en el Colegio.
Se cuidaba mucho la formación religiosa
y la práctica sacramental. El Director
acudía ocasionalmente a las reflexiones matinales diarias y participaba de
ordinario en la misa colegial de alumnado. Se
preocupaba asimismo de las Congregaciones del Niño Jesús y de La Inmaculada
en las que estaban inscritos muchos alumnos, visitaba las tandas de Ejercicios
de los mayores y les dedicaba alguna conferencia, aunque la predicación no
fuera su especialidad.
Favorecía y estimulaba el deporte escolar. Contó
para ello con la abnegación y buen hacer del H. Eladio Zaldívar, preparador incansable de los equipos de
baloncesto.
También gozaron de importancia los Festivales de Gimnasia efectuados por los colegiales....En resumen, el Colegio daba la impresión de
estar bien dirigido. Enseñanza, deportes, concursos, excursiones,
festivales...todo rayaba a gran altura. Hasta la Memoria Escolar de fin de
curso y la Revista Norte se presentaban como exponente de un centro que
satisfacía a padres, profesores y alumnos. Estos, podía asegurarse, vivía en un
ambiente grato y favorable para su formación. Desde su llegada a Santander mostraría siempre el H. Antonio su
inquietud por adecuar el Colegio bajo su dirección a los nuevos tiempo y
mejorar métodos e instalaciones.
La Memoria
Escolar de 1953-54 le daba la bienvenida a la dirección del Colegio en su
página "Ultima hora",
destacando su espíritu observador y matemático, así como su calidad de Superior
prudente y conocedor del carácter de los santanderinos. Cuando en junio del
siguiente año se celebre la festividad de San
Antonio de Padua, la Revista Norte le dedicará una página cariñosa de
reconocimiento. Ese día caía en lunes, y por la tarde hubo vacación y sesión
recreativa (película "Revuelta en la India")
El largo centenar de alumnos internos tenía, lógicamente, un régimen
especial. Y eran atendidos con desvelo por sus
profesores. No solamente en aulas y patios, sino también en las horas de
estudio personal a la atardecida, en las horas de descanso nocturno o en los
paseos y salidas del recinto escolar. Se
celebraba, claro está, como si de una familia se tratara, la Nochebuena del Internado. Escribe el
improvisado cronista:
"Hubo
una cena en familia, presidida por el H.
Director, en la que los besugos, los pavipollos y turrones hicieron
su aparición....En la sobremesa no faltaron los villancicos tradicionales,
cantados con inusual entusiasmo. Hasta títeres hubo en un improvisado escenario
y se abrió también una libre tribuna de intervenciones de espontáneos".
Termina el cronista:
"me gusta este espíritu de familia que es
capaz de reunir en fiestas tan simpáticas a profesores y alumnos. Así da gusto.
Siempre recordaré con ilusión la Nochebuena
del internado"
La Comunidad da la bienvenida a los Hermanos Julián Valmaseda (subdirector)
y Miguel (prefecto), Alberto, Luis, Ángel y Antonio. Hay un grupo numeroso de jóvenes Hermanos y otro grupo algo menor
de Hermanos "de cierta edad",
algunos con unos cuantos años de estancia en el Colegio. La Crónica de la
Comunidad recogerá la visita del H. Marcos
Ramón, Visitador hasta ahora (1948-1954), a quien acompaña su sustituto en el
cargo, el H. Antonio Nicasio (1954-1963). Ellos son quienes deciden las
altas y bajas de los Hermanos en cada Comunidad y quienes nombran a los
Directores de los Centros.
Durante estos años prosigue la puesta a punto y progresivo
equipamiento del Colegio con nuevas obras y realizaciones. El cronista escribía en NORTE (nº20):
"se
han reanudado las obras de la nueva capilla colegial y se espera, que antes de
finalizar el curso se hayan hecho también realidad y se inauguren los flamantes
comedores, gabinetes y laboratorios de Física, Química e Historia Natural, la
Biblioteca y las Salas de juegos y de profesores".
También refiere que:
“durante
el verano se han talado árboles casi centenarios y removido centenares de
metros cúbicos de tierra, y se ha trasladado de lugar la leona, hasta su
emplazamiento actual”.
Y no se olvida de consignar la presencia
de un grupo de estudiantes franceses en el colegio durante el verano.
La Capilla era en estos años cincuenta un espacio
singular. El alumnado había ido creciendo, y la antigua capilla inaugurada en
1944 se había quedado pequeña. Se pensó en un nuevo templo acorde con los
tiempos y más espaciosa. Eran tiempos de carencias, también económicas....De
modo que el proceso de construcción fue necesariamente lento. Incluso contó con
las aportaciones de las familias del Colegio y de simpatizantes. Y he aquí que
el 15 de mayo de 1959, al fin, don José
Eguino y Trecu procedía a bendecir el nuevo templo. Su longitud era de 35
metros y su anchura de 8 metros. Escoltaban la nave central dos pasillos para facilitar
el movimiento de los asistentes. Poseía un coro amplio y cómodo sobre las naves
laterales.
Cuatro gradas de mármol daban acceso al
comulgatorio y otra escalinata de siete huellas precedía al altar. Así el
sacerdote podía ser visto desde cualquier lugar de la iglesia con facilidad.
Siete grandes ventanales daban iluminación y ventilación adecuadas: 5 al
norte, y 1 en los lados este y oeste. Una puerta lateral procuraba un ingreso
fácil e independiente a la gente de los barrios vecinos. En la cabecera, sobre el altar, (entonces de espaldas al público) se
colocaron el sagrario y las imágenes de la Virgen, San José con el Niño, y San
Juan Bautista de La Salle. En los altares laterales figuraban las estatuas del Sagrado Corazón, Jesús Crucificado, y en el coro la imagen del Niño Jesús
En el campo religioso,
revisando las crónicas colegiales, se encuentra uno con noticias cercanas, de
la vida de la Iglesia, del Instituto Lasaliano, de casa, de familia. Así, cuando el 9 de octubre fallece el
Pape Pío XII y le sucede el hasta entonces patriarca de Venecia, Juan XXIII
(1958). O cuando es coronada canónicamente Nuestra Señora Bien Aparecida, patrona de la entonces provincia de
Santander, Reina y Señora de la Montaña. O cuando los Hermanos, el 11 de abril de 1955 visitan el famoso
monasterio lebaniego de Santo Toribio, donde veneraron el Lignum Crucis. Y
la expresión de devoción que trasluce la magnífica Exposición Mariana montada en diciembre al final ya del Año Santo
proclamado por el Pontífice. O la misa
solemne que en honor del Santo de La Salle oficia el joven sacerdote Pedro Cea,
antiguo Alumno (mayo de 1959)
Siguen las actividades que les
son propias a las Congregaciones del
Niño Jesús y de María Inmaculada y San Juan Bautista de La Salle. Los
alumnos de PREU siguen haciendo sus Ejercicios
Espirituales en Pedreña, se celebran las Primeras Comuniones, en mayo siguiendo la tradición. Continúan
implicados en la Catequesis del Barrio
Pesquero los colegiales de Acción Católica y de la Congregación Mariana.
Son como una treintena esos catequistas, acompañados por los Hermanos Germán y Donato. Acuden todos
los domingos a la iglesia del Barrio Pesquero para instruir religiosamente a
los 120 niños de diversas edades que acuden gustosamente. Con una buena
organización, se ha logrado un rendimiento pleno. En diciembre se promueve una Campaña de Navidad pro Catequesis que
concluye con la entrega de juguetes, ropa, alimentos, dinero.
El DOMUND era uno de los eventos señalados del
calendario del primer trimestre, en octubre. En 1954 se contabilizaron 11.500
pts. recogidas, lo que suponía 14,25 por persona. Significativo, porque la
colecta se hizo solamente en las aulas....En 1956 la cifra ascendía a 12.544
pts.
El cronista se hace eco de los avatares
de los otros Centros lasalianos en la ciudad. Junto a San Martín (1945), desde enero de 1953 venía funcionando el Colegio de
Nueva Montaña. De 1957 a 1962 habrá Comunidad, pues en los primeros años se
desplazaban los Hermanos pioneros en la obra: Donato y Leopoldo. El 6 de
octubre de 1957 se inauguraba la nueva construcción: 8 aulas para clases,
residencia para los Hermanos Profesores, patio cubierto y un amplio espacio
para campos de deporte.
Con alegría manifiesta, la revista Norte
(nº10, mayo-junio de 1955) recogía las expectativas surgidas ante una novedad
que se haría realidad el curso siguiente: el
Cineforum.
"De
ahora en adelante habrá en todos los centros de enseñanza de cierta categoría
clase de cine", decía.
(Si nos lo hubieran dicho hace unos años
no lo hubiéramos creído. Hoy no es ninguna novedad. Es algo que exigen las
autoridades docentes y administrativas, las Asociaciones de Padres de Familia y
hasta los mismos alumnos.)
Y añadía, con orgullo:
"El
Colegio La Salle, que aspira a ser vanguardia en todo lo bueno, dará desde el
curso que viene a esta enseñanza la forma de cineforum. No perdemos la esperanza
de organizar un Cine Club".
En efecto, habrá una lección de
cineforum mensual, que se impartiría en las aulas. También se dedicaría un
artículo mensual al tema en la revista colegial...El 9 de octubre se inauguraban las sesiones de Cineforum con la
película "Capitanes intrépidos". Y así, se fueron sucediendo la
proyección de films que aún valoran los entendidos: "¡Qué bello es vivir!", "Ladrón de bicicletas",
"Rashomón", "El Judas", "Bienvenido Mr.Marshall",
"La Guerra de Dios", "Los Traperos de Emaús", "Doce
hombres sin piedad", "La ventana indiscreta"...Y esta
referencia llega hasta el final del directorado del H. Antonio. El impulsor había sido el H. Julián Valmaseda,
que en 1959
fue nombrado Director del Colegio La Salle de Palencia.
Inmerso en la vida cultural y
social de la ciudad, la Revista Norte consignaba en su número 12 (enero-febrero
de 1956):
"No
olvidamos que este año se celebra el centenario
del más ilustre de los montañeses nacidos en el pasado siglo, D. Marcelino
Menéndez y Pelayo. EL Colegio se adhiere con todo entusiasmo a las
conmemoraciones oficiales, pero pensamos en algo más. En todas las clases
se honrará la memoria del insigne santanderino por medio de exposiciones y
trabajos relativos a su obra. En el próximo concurso de Declamación, que se
celebrará el 6 de marzo, figurarán poesías y fragmentos selectos del Maestro.
Es más, prepararemos también en su honor una emisión radiofónica".
El número 14 recogía dos trabajos sobre D. Marcelino, anónimo el primero; del
alumno de Preu, José María Obregón, el segundo.
Resulta novedosa la utilización de un
nuevo recurso educativo en el aula: el
magnetófono, en las clases de francés (Norte, 22, de mayo-junio de 1958),
pero utilizado también para emisiones de "Radio
Hispania" (entrevistas, canciones, etc). Se realizaban en las
clases "periódicos murales" (Norte,
n.24, de enero-abril 1959), "que
ejercitan las facultades artísticas y literarias de los alumnos".
El cronista se asombra de la nieve caída en Santander a mediados de
febrero de 1955. Su pluma adquiere tonos de tragedia con ocasión de
la acometida de gripe, conocida como
Gripe Asiática, que afectó al alumnado a comienzos del curso escolar (octubre
de 1957). "Se llegó incluso a
suspender las clases los días 14,15 y 16", escribirá.
Mayo era - y es - el mes ideal, entonces y ahora, para las excursiones, tan esperadas siempre por grandes y pequeños. En 1955, los alumnos de PREU visitaron Bilbao, la Sección de Mayores,
Burgos, y los más pequeños, Unquera. Era una jornada diseñada para anudar
lazos de amistad y buena convivencia, y también para ir conociendo el
territorio provincial y nacional, así como, según las edades e intereses, el
rico patrimonio natural, histórico y artístico.
Un evento singular del año 1956 fue el Gran Festival de Educación Física, en continuidad con la tradición de años anteriores. Lo recogía con amplitud
fotográfica la Memoria Escolar de ese año. Un festival preparado con
minuciosidad y buen gusto por los profesores señores Arriola, Montes y Pérez de la Torre. El periódico local "Alerta" se hizo eco del espectáculo,
que la revista colegial reseñó así:
"En
la tarde del domingo se celebró en el Colegio
La Salle, el Festival de Educación Física. Ocuparon la presidencia diversas
autoridades (cita al Gobernador Civil,
Presidente de la Diputación, Alcalde de la ciudad, Comandante de Marina),
Directores de Centros Docentes, y demás organismos y corporaciones locales, y
los padres de los alumnos. El público, muy numeroso, llenaba todas las
localidades disponibles. A las cinco de la tarde salieron los gimnastas en
cuadros cerrados para formar momentos después el escudo del Colegio. Iban los
alumnos uniformados, uno de los equipos,
de blanco y corbata y fajín azul. Capitaneaba este bando Ricardo Bárcena
y tenía como abanderado a Miguel Berasategui.
En el campo amarillo, hacía de
capitán Juan Gandiaga y de abanderado José A. Osaba...
Se fueron sucediendo
los ejercicios con una precisión asombrosa, de modo que momentos antes de las
siete se cerró el último número...Llamaron la atención las figuras que iban
apareciendo en el patio, como por arte de magia: el escudo deportivo del
Colegio, el centenario de Menéndez y Pelayo, la estrella lasaliana...Las tablas
de gimnasia se fueron sucediendo con exactitud impecable....Sirvieron de
entrenamiento algunos juegos infantiles, todo un derroche de inocencia, gracia
y color. Al formar al cuadro final, entonaron los alumnos el himno del Colegio.
Tras la entrega de premios, el H. Director agradeció a las autoridades, padres
de familia y público su asistencia y felicitó a los alumnos... Amenizó el festival la Banda del Regimiento
Valencia, y dirigió los servicios de locución D. Agustín Fernández (Langarita)"
(Norte, nº 14 mayo - junio 1956)
Las actividades deportivas seguían desempeñando un papel importante en la
vida colegial como elemento formativo. La
Memoria Escolar se hace eco del éxito logrado en los Campeonatos Provinciales de Atletismo, celebrados en el Estadio de
los Corrales, aunque no se logró la puntuación necesaria para competir en los
Campeonatos Nacionales de Madrid (1959). También se mencionan los logros en los
diversos campeonatos de los Juveniles en baloncesto, balonmano y fútbol. Se
practicaban también en ajedrez, hockey, ciclismo y balonvolea.
Con el fin de curso llegaba la Fiesta de los Premios en el Teatro Pereda. La Memoria Escolar de 1957-58 recoge con entusiasmo un resumen de dicho
acto con breve texto y fotos alusivas,
"El primer domingo de junio se galardonó
públicamente en el teatro Pereda a los mejores alumnos de La Salle. El
local estaba totalmente ocupado por los colegiales y sus familias. Abrió el acto el alumno de PREU
Miguel del Olmo, que dirigió un saludo de circunstancias a los presentes. Presidieron el acto los Hermanos Directores
de los tres Centros Lasalianos de Santander. Se otorgaron los seis premios
previstos: Excelencia, Sobresaliente, Aplicación, Puntualidad, Religión y
Catequesis. Actuó el nuevo coro de
tiples que dirige el H. Leopoldo. Fue también muy aplaudido el coro
"Airiños da Terra", dirigido por el señor Otero. Hubo asimismo una
exhibición de bailes regionales". 1957-58
En 1955, en otro orden de cosas, la Asociación constituía la "Comisión
Pro Escuelas", en vistas a la creación, lo más pronto posible, de una
Escuela Gratuita para los niños pobres de Santander, a cargo de los Antiguos
Alumnos. Era una muestra más de compromiso social.. Dicha Comisión la presidía D. Miguel Manso, y con él, ilusionados en el
proyecto, los asociados señores Lavín, Lostal, Torón, San Juan, Saro...Fueron
superándose diversas dificultades hasta ver el sueño convertido en realidad
palmaria con la creación del Centro
Escolar La Salle del Barrio Pesquero a comienzos de los años sesenta...En
ocasiones la revista informaba de los éxitos profesionales de los asociados, de
los fallecimientos de gente cercana, de las actividades que se llevaban a cabo,
de las visitas a "su Colegio" de los antiguos alumnos, especialmente
en las Navidades, o publicaba las cartas que los asociados jóvenes enviaban a
la redacción de la revista desde sus lugares de estudio (Universidades de
Valladolid, Madrid, Oviedo, etc.)
Los seis años pasaron rápidos. El H. Antonio daba por terminado su
mandato, aunque aún permaneció en el Colegio dos años más como profesor y
miembro de la Comunidad, antes de volver
a los Corrales de Buelna. Se había
hecho cargo de la dirección del Colegio La Salle el H. Marcos Ramón. Se
iniciaba una nueva etapa. Estábamos ya en "los
sesenta".