3 de octubre de 1940. Comienzo de
la actividad escolar en el chalet recientemente adquirido a la familia Hoppe.
Una magnífica finca donde abundaban los árboles, jardines bien cuidados y un
hermoso edificio que presidía el conjunto.
La asistencia a las clases iba
aumentando poco a poco, de tal manera que a mediados del curso las aulas eran
insuficientes. El H. Luciano, con el entusiasmo que le caracterizaba, se
planteó la construcción de un edificio que fuera capaz de acoger a tantos jóvenes
que se sentían atraídos por la Comunidad lasaliana, su enseñanza, acogida,
cariño y deseo de educar en base a unas premisas. Pronto planteó la idea a sus
superiores y estudiada la situación se pusieron manos a la obra.
En primer lugar se hacía necesaria
la contratación de un arquitecto que proyectara y dirigiera el futuro edificio.
En otras ciudades se había dado un caso similar y se había recurrido a D. Pedro
Ispizua. El H. Luciano se puso en contacto con su estudio y le planteó la idea.
Le habló de la existencia de una magnífica finca donde poder ubicar el edificio
y sus anexos, patio de juegos, jardines, etc.. El tiempo había pasado
inexorablemente y ya nos encontrábamos en 1943, fecha de la colocación de la
primera piedra. La idea se estaba haciendo realidad.
H. Carlos Borromeo, D. Pedro Ispizua, D. José Eguino (Obispo de Santander), D. Benito de la Hoz, H. Luciano |
El primer contacto de D. Pedro
con la finca fue un tanto descorazonador, encontrando un acceso complicado y
viendo que la futura edificación tendría que salvar una topografía inclinada,
de fuerte pendiente no muy apta para la ubicación de las aulas. Después de
salvar aquella pendiente y llegar a la zona noble de la finca donde se
encontraba el chalet y sus jardines, la opinión de D. Pedro cambió
radicalmente. Se percató de las enormes bondades del terreno y ya se imaginó
levantado el edificio con una orientación perfecta para el soleamiento de las
aulas y demás dependencias.
Recogemos un artículo editado en
nuestra revista Memoria Escolar en el que se describe esta impresión, narrada
directamente por el propio arquitecto D. Pedro de Ispizua.
D. Pedro Ispizua era un
arquitecto nacido en Bilbao, con una gran experiencia en el campo de proyectos
escolares. Su obra la situamos en distintas ciudades de España y principalmente
siempre acompañando a los Hermanos de La Salle. A él se debe, en lo esencial, los
planos de los Colegios La Salle de Burgos, Santander, Palencia, Hispano de
Valladolid y Santiago de Compostela. Por su singularidad e
importancia, acompañamos un artículo dedicado a su persona publicado en un medio de Bilbao.