6 MARZO 2024
También los participantes de los Grupos Cristianos vienen
a este entrañable monasterio en fechas especiales: Encuentros de Oración en
Navidad, la Pascua Joven en la Semana Santa, las Colonias de Verano en el mes
de julio...
Los profesores y Hermanos tiene asimismo ocasión de
hacerse presentes en la Casa a lo largo del año para encuentros de formación,
excursiones, asistencia a eventos especiales, como son los funerales de
Hermanos con los que convivieron en el Colegio y trabaron amistad...o simplemente
porque les agrada pasar unas horas en Bujedo.
Todos ellos guardarán
en sus vidas un grato recuerdo de esas visitas, de esas estancias, de lo visto
y sentido en primera persona. No era así antes...Son muchos, sin duda, los
antiguos alumnos del Colegio que no tuvieron ocasión en sus días de colegiales
de conocer Bujedo. ¡La de veces que también ellos soñaron poder visitar un día
el acaso idealizado monasterio burgalés!
Bujedo es, sin duda, un remanso de paz. Durante casi
cien años fue Casa de Formación. Hubo un tiempo que convivían en el
Monasterio casi 300 personas: aspirantes, novicios, escolásticos, Hermanos
Profesores y encargados de diversas funciones en la Casa, ancianos ya
jubilados...Bujedo vive hoy otras circunstancias, sin nostalgias,
afrontando la realidad de cada día y encarando el futuro con esperanza. En su
día "Alma Mater" de la Institución en España, desaparecidos de la
Casa los formandos que en otro tiempo animaron sus dependencias , el monasterio
se proyecta hoy en otras iniciativas y actividades.
Es, en primer lugar, Residencia de Hermanos Mayores...
Bujedo se publicita en nuestros días como lugar de paz, de
interioridad, de oración. Es una Casa de Espiritualidad, abierta a
sacerdotes y religiosos, a comunidades parroquiales, a seglares con inquietudes
apostólicas, a grupos de formación humana y social, y por supuesto, abierta a
las Comunidades Educativas de nuestros Colegios , Agrupaciones de Padres ,
Asociados, etc. Algunos vienen por un solo día, muchos ocupan la Casa los fines
de semana...o más días. No faltan las bodas y otras celebraciones, dada
la singular belleza de la Capilla y el encanto de parques y jardines.
Era una Orden fundada por San Norberto de Xanten (+1134)
en la primera mitad del siglo XII. Con posterioridad y durante tan solo diez
años, se asentaron en la Casa los Padres de las Misiones Africanas. La
presencia de los Hermanos en Bujedo tiene poco más de 130 años. Los
primeros Hermanos llegaron aquí en marzo de 1891 con el fin de disponer lo
mejor posible las cosas para el asentamiento del Noviciado en la Casa (julio
de 1892).
Durante unos años fue el único Noviciado para toda España;
pero con el paso de los años y el crecimiento de la Obra Lasaliana en España y
la subsiguiente creación de los nuevos Distritos, surgieron nuevas Casas de
Formación en otros emplazamientos..
Cuando uno llega hoy a Bujedo, sin duda acompañado de
cámara fotográfica o un simple móvil, se llevará consigo multitud de buenos
recuerdos.
Por supuesto quedará encantado del recorrido por los
exteriores del edificio conventual:
·
parques y jardines bien cuidados, discretamente
poblados de bellas estatuas, lápidas conmemorativas y otros ornatos.
·
Acaso le agrade caminar por los variados y
pintorescos senderos que conducen hasta el cementerio donde reposan el sueño
eterno centenares de Hermanos o detenerse a musitar una plegaria ante la
reproducción de la Gruta de Lourdes (data de 1904).
·
En este distraído paseo se encontrará con
estatuas del Sagrado Corazón, San Juan Bautista de La Salle, San José o
Santa Teresa...
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En la Fuente del Peral podrá probar un
agua que brota fresca de sus cuatro caños.
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Advertirá la presencia de la magnífica piscina
de la que disfrutarán en el buen tiempo pequeños y grandes...
·
También sentirá la necesidad de curiosear por la
amplia huerta esmaltada aquí y allí de árboles frutales y productos hortícolas.
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Y antes de penetrar en el interior del edificio,
se sorprenderá contemplando las aguas del Matapán, el breve y encauzado
riachuelo que refresca el entorno y por donde se mueven algunos patos..
·
Aún podrá admirar la preciosa cabecera de los
tres ábsides románicos, con sus curiosas marcas de cantero...
·
Tras pasar la entrada principal, se topará
con el "patio de los olivos", diseñado para la conmemoración de
los 125 años de la presencia lasaliana en Bujedo.
·
Luego, en el vestíbulo conventual, la mirada
tropezará con una conjunto de lápidas cuyos nombres recuerdan a decenas de Hermanos,
antiguos moradores de la Casa, que entregaron su vida por el Reino en los
años dramáticos de la Guerra Civil.
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A su izquierda queda el Salón de Actos
llamado del H. Justino, el primer provincial de España, que tanto hizo en
la implantación y consolidación de la Congregación en esta su patria de
adopción, y a su derecha, un recoleto Museo denominado de los Santos
Mártires de Turón (Asturias).
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Con suerte, quizá el visitante pueda acceder a
la amplia bodega del viejo monasterio (data de 1636).
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A continuación quedará gratamente sorprendido
por la grandiosa arquitectura del claustro bajo y el sobreclaustro,
enmarcando con sus anchos muros un primoroso jardín interior.
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Entrará, al fin, en la Iglesia conventual,
de planta de cruz latina, con sus tres espléndidos ábsides de impecable
diseño románico, de clara influencia del arte cisterciense.
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Desde el fondo de la nave central, bajo el
anchuroso coro donde se ubica un órgano monumental, posará por unos momentos
sus ojos sobre el altar de la cabecera, que aloja la devota y maternal
imagen de la Virgen del Buen Consejo.
·
Las bellas vidrieras alojadas en los cinco
ventanales románicos del ábside proceden de un reconocido taller de Burdeos
y se colocaron en julio de 1891.
·
Ahora sí, el visitante se sentirá invitado a
venerar en la capilla instalada en uno de los ábsides menores las sagradas
reliquias de los ocho Santos Hermanos Mártires de la Revolución de Asturias (octubre
de 1934), canonizados por el Santo Padre Juan Pablo II el 21 de noviembre de
1999, cuyos nombres están inscritos en el frontal del altar. Entre ellos
sufrieron el martirio dos cántabros: el H. Aniceto Adolfo (Manuel Seco, natural
de Celada Marlantes) y el H. Augusto Andrés (Román Martínez, santanderino, que
siendo niño fue alumno de los Hermanos en la Escuela del Círculo Católico o de
San José).
En esta planta baja del claustro se alojan la
artística sacristía conventual, algunas salas de funciones diversas y varios
refectorios utilizados hoy en acontecimientos especiales...Ascendiendo por la
monumental escalera mayor se alcanza el sobreclaustro. En 1929 se
embellecieron sus nobles paredes con los cuadros de los Milagros de San Juan
Bautista de La Salle, que habían sido utilizados en la canonización en Roma
del Santo Fundador en 1900...En 1936 se abrió el lucernario cuando hubo
de restaurarse la bóveda, dañada por el incendio del convento, acaecido en
1935.. La vidriera reproduce el llamado Voto Heroico del Santo y los
Hermanos Nicolás Vuyart y Gabriel Drolin en fecha muy significativa de la
cronología lasaliana: 21 de noviembre de 1691.
La visita al Museo-Archivo-Biblioteca dejará al
visitante recuerdos inolvidables. Se trata de dependencias emplazadas en la
tercera planta.
La persona que amablemente acompañará a los visitantes les
hará pasar ordenadamente de una salas a otra y de sorpresa en sorpresa,
destacando lo que ofrece mayor interés al visitante. Sobre todo verá libros,
muchos libros, toda clase de libros, bien clasificados, de las más diversas
materias y de épocas distintas: Libros de Espiritualidad, Teología, Lengua y
Literatura, Geografía, Arte e Historia, Economía y Comercio, Ciencias
Naturales, Física y Química, Derecho y Medicina, Pedagogía y Educación... Diccionarios,
Enciclopedias y Libros de Texto , especialmente los editados en su día por la
Editorial Bruño...Por supuesto obras escritas por San Juan Bautista de La Salle
y por tantos y tantos Hermano de la Institución, así como decenas de biografías
del Fundador y Hermanos que destacaron en santidad o su relevancia como
educadores. Y Memorias Escolares, Revistas y publicaciones de los diversos
Colegios, etc,etc. En una de las salas se expone una variada muestra de Biblias
y Quijotes, así como una curiosa colección de Nacimientos, de variada factura e
inspiración... Y cómo no, materiales y recursos utilizados a lo largo del
tiempo en las aulas lasalianas. Una visita, en todo caso, entretenida y
sugerente.
Antes de abandonar el Monasterio, aún oirá pasar el
visitante sobre el trazado ferroviario cercano algún tren, acaso el último
alboroto, el postrer ruido que quebranta a diario el silencio del Convento. Dejando
atrás la llamada Casa del Capellán quizás aún se sienta el visitante bien
tonificado y quiera tener una visión del conjunto monástico y su entorno desde
las alturas. Ascendiendo pausadamente por un escarpado y romántico sendero
logrará en unos minutos alcanzar las alturas del Cerro de la Cruz o de Quintanilla.
Allí, una panorámica inmensa se abrirá a sus pies.